EQUIPOS EN CONTINUA FORMACIÓN. CON OJOS DE NIÑA

Los equipos de las casitas siempre estamos en tesitura de aprendizaje, durante el curso nos juntamos para conversar y compartir sabiduría.

La labor de los profesionales, en las escuelas 0-3 y 3-6, es abrumadora y se lleva a cabo en condiciones cada vez más difíciles (reducción de personal que trabaja en el mismo hora no, etc.). Pero a pesar de todo, para los adultos, la interculturalidad puede constituir una fuente de renovación y de recarga permanente. Nos sorprendemos ante las continuas iniciativas de los niños, ante sus intereses, comentarios y energía, y dejamos que nos sugieran los cambios que hay que hacer res pecto a la organización de los espacios, del mobiliario, de los materiales...

Los adultos corren el riesgo de mirar de soslayo, de un modo marginal, la cultura de los niños.

En tanto adultos, deberíamos de esforzamos por superar nuestro etnocentrismo» a fin de conocer, acoger y reelaborar la cultura de los pequeños. Así, además de convertirnos en buenos interlocutores, el trabajo puede resultar más divertido. La interculturalidad entre adultos y niños ayuda a los unos a crecer, y a la inversa, a los otros les ayuda a mantenerse jóvenes