PATRIMONIO VERDE. VIVERO ESTUFAS DEL RETIRO.

 Gracias al vivero del Retiro por regalarnos tantas plantas para nuestras escuelas. Nos hemos ido en la furgoneta de Feli, nuestra jefa de la empresa y la hemos cargado de plantas de exterior, interior y para huerto. Y encima nos han enseñado su maravilloso espacio. Una experiencia increíble que os recomendamos.


Los viveros exteriores e interiores (estufas) del Retiro constituyen uno de los espacios más singulares de Madrid. Una auténtica fuente de sorpresas donde es posible encontrar desde invernaderos del siglo XIX a cultivos exóticos, viejas estatuas que adornaron hace siglos el Retiro y huertos urbanos donde cualquier vecino puede plantar lechugas, zanahorias o patatas.


Los Viveros ocupan desde 1890 toda la zona suroccidental del Retiro, muy cerca del Ángel Caído. Se pueden visitar varias veces al año, para lo que es conveniente consultar los días y horas en el Centro de Información y Educación Ambiental del Retiro (CIEA) que se encuentra precisamente a la entrada de esta vasta zona de 35.000 metros cuadrados.

Allí nos esperan 3.000 metros cuadrados de estufas y 25.000 metros cuadrados de cultivos exteriores, donde se producían anualmente 800.000 plantas. Originalmente esas plantas servían para adornar toda la ciudad (bulevares, setos, medianas, estatuas, etc.). Ahora ya no salen prácticamente de aquí, aunque los jardineros del Retiro siguen plantando muchas especies que luego veremos por el parque e investigando sobre técnicas de cultivo.

En los Viveros del Retiro podemos observar la evolución histórica de los invernaderos, pues los hay de todos los tipos y de diversa antigüedad. Incluidas las viejas estufas de hierro y cristal, calentadas mediante un sistema de calderas de agua y tubos de cobre subterráneos, que pertenecieron al Palacio de Liria, de los Duques de Alba. En 1956, la familia Fitz-James los vendió al Ayuntamiento. Son una auténtica joya, como lo es el pequeño museo que se halla medio escondido entre las plantaciones, donde podemos ver todo tipo de utensilios de jardinería, carretillas, estufas y antiguos equipamientos para el riego.

Junto a los invernaderos observaremos también cientos de cajoneras con plantas y los característicos zarzos, rudimentarios invernaderos reconocibles por las cubiertas de paja de centeno que se usaban para proteger a las plantas del frío. Pasear por esa zona con personas como Luciano Labajos, uno de los jardineros más notables de Madrid, es un auténtico placer. Pregunta en el CIEA, teléfono 915300041, por los días de visita. O acércate cualquier mañana y da un paseo por el Huerto del Retiro. Verás a muchos madrileños plantando sus propias frutas y hortalizas.

Foto: Ignacio Bazarra





















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